Padre Tomás Del Valle-Reyes

El Renacer Del Islam




Padre Tomás Del Valle-Reyes

17 de Marzo, 2006



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La crisis de valores que se vive actualmente ha llevado a grupos de toda índole a replantearse muchas cosas y a redefinirse. El nuevo milenio de la cultura occidental ha comenzado con unos renacimientos y unas vueltas al pasado con deseos de proyección al futuro.

El mundo musulmán es uno que está en un proceso de renacimiento y de confrontación. Las masacres en New York y Madrid, al igual que la prolongada sangría que cada día asolan Irak y Afganistán han puesto de actualidad, triste actualidad, el Islam. Añádase a ello la reciente victoria del Movimiento de Resistencia Islámica (HAMAS) en los territorios de la Autoridad Palestina y tendremos un cuadro distorsionado de esta tradición religiosa que aglutina a cerca de mil millones de creyentes.

Algunos abordan al Islamismo como equivalente al mundo árabe, si bien es cierto que el auténtico Corán se ha de recitar en esa lengua, u otros consideran a la propuesta mahometana como fatalista por la actitud fundamental del creyente de «sumisión», confundiendo esta actitud con la actitud de la obediencia y adhesión a la voluntad divina. Otro prejuicio es el que los seguidores de Mahoma son fanáticos que viven propiciando la «guerra santa», cuando la «Yihad» ha de ser ante todo un combate interior en resistencia a las fuerzas malignas que invaden al hombre.

Como grande religión por su fe monoteísta y por la fuerza de su expansión ha de relacionarse necesariamente su aparición con su fundador en el año 570 d. C. y con la peregrinación o fuga que aquel realizó desde la Meca a Medina (la Hégira 16-VII-622) y de la inspiración que recibiera del arcángel San Miguel (609 d.C.) para consignar por escrito el querer de Dios. En efecto el Corán rige y regula la totalidad de la vida humana sin escapársele ninguno de sus aspectos de aquí que la organización social, y por consiguiente la del Estado, se encuentren vinculados en muchas partes de manera teocrática, si bien en otros lugares donde la democracia ya estaba establecida se hayan buscado la combinación de estos elementos religiosos y organizacionales de manera independiente pero presentando conflicto al romper tradiciones seculares.

El Islam no es desconocido en nuestra comunidad hispana. No me refiero ya a la presencia de comunidades islámicas en muchos de nuestros países. Basta recordar a los ex presidentes Carlos Menem en Argentina y Bucarán en Ecuador. A muchos de estos musulmanes “históricos” si es que se les pueda llamar así que formaron florecientes comunidades en nuestros países, y quienes han recibido el apelativo de “Turcos” debido a que portaban pasaportes del Imperio Otomano, siempre se les ha aceptado e integrado en nuestras vidas.

Recientemente se ve un aumento de adeptos a esta religión entre las generaciones jóvenes hispanas, al igual que entre los afro-americanos.. Basta visitar algunos de nuestros barrios para observarlo. Ya no podemos afirmar que la comunidad hispana es cristiana, en alguno de sus variantes, católicas, evangélicas, pentecostales, etc. Empieza a crecer junto con el pensamiento de Mahoma y de los diversos maestros y escuelas. Para estas generaciones la concepción musulmana de la vida, en donde el Corán rige todo incluyendo lo político social, la civilización, la cultura, se presenta como nueva alternativa. Esperemos que sea de paz y armonía, la paz y armonía que emana del pensamiento genuino islámico.