Padre Tomás Del Valle-Reyes

LOS RETOS DE BENEDICTO XVI




Padre Tomás Del Valle-Reyes

24 de Junio, 2007



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Benedicto XVI es consciente de que su pontificado es corto. Que debe resolver una serie de retos heredados de su antecesor. En estos dos años se ha rodeado de hombres de su absoluta confianza, los cuales tienen una cualidad importante: conocen profundamente el mundo chino y el mundo de la ortodoxia rusa.

Moscú y Pekín fueron las dos capitales que Juan Pablo II nunca pudo visitar. Si Benedicto XVI logra pisar la Plaza Roja de Moscú y la Ciudad Prohibida de Pekín entrará en la historia por la puerta grande como el Papa que sanó las heridas de la separación con la ortodoxia y reabrió el Imperio Chino al evangelio. Sería reivindicar a Mateo Ricci y reconciliarse con Miguel Cerulario.

Para esta estrategia de asalto a Pekín y Moscú ha elegido a su hombre de confianza durante muchos años, el cardenal Tarsicio Bertone, quien aún cuando no cuenta con preparación diplomática, sin embargo está inyectando grandes dosis de pastoral al puesto de primer ministro de la Iglesia.

El departamento que dirige Bertone es la Secretaria de Estados, la cual cuenta con dos secciones. La primera se llama la de Asuntos Generales, centrada en la gestión de los temas eclesiales internos. El que la dirige mantiene una relación constante con el Papa. Se considera el tercer hombre en la escala de poder del Vaticano. Hasta hace unos días ocupaba este puesto el arzobispo argentino Leonardo Sandri, quien ha pasado a dirigir el departamento encargado de las relaciones con las Iglesias Orientales Ortodoxas Católicas.

Para sustituir a Sandri el Papa ha seleccionado al italiano Fernando Filoni, un diplomático al servicio del Vaticano quien ejercía de Embajador del Papa en Filipinas, después de haber estado en Irak y haber permanecido allí en tiempos de Sadam, cuando se cerraron todas las embajadas extranjeras menos la del Vaticano. Filoni está considerado como uno de los mejores conocedores de la jerarquía y de la situación de la Iglesia en China, el reto pendiente de Benedicto XVI.

El otro reto de Benedicto XVI, al que nada más llegar al papado prometió entregarse a fondo, es el acercamiento a la Iglesia Rusa. El hombre para esta misión lo es el cardenal alemán Walter Kasper. El viaje de Benedicto XVI a la Tercera Roma, como se llama en la Iglesia a Moscú, puede estar muy cerca. «Existe la esperanza de que puedan encontrarse en un año», ha declarado el cardenal Kasper a la agencia del episcopado italiano SIR, en el contexto de la ceremonia de entrega del doctorado «honoris causa» a Su Beatitud Crisóstomo II, primado de la Iglesia ortodoxa de Chipre, por parte de la Universidad Pontificia Urbaniana de Roma. La visita de Benedicto a Moscú «Depende mucho de las circunstancias externas y de la situación interna de la Iglesia rusa. El Papa está dispuesto y también Alejo II está abierto. Nadie se opone al encuentro entre los ortodoxos».

El Moscú Ortodoxo pide que cese el proselitismo católico en territorios que considera zonas de su tradicional influencia. Pekín pide que el Vaticano rompa sus relaciones diplomáticas con Taiwán y que no interfiera en los asuntos internos de China en nombre de la religión.

Los cardenales Bertone y Kasper junto con los arzobispos Sandri y Filone forman el equipo de Benedicto XVI para enfrentar estos retos. Esperemos acontecimientos.

(*) Nota: Cualquier comentario a esta columna puede ser enviada al Blog del Padre Tomás del Valle, quien estará recorriendo las próximas dos semanas Medio Oriente. Siga sus incidencias en el blog.