Papa Gregorio XIV

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Nació Milán, Italia. Su pontificado empezó el 8 de diciembre de 1590 hasta el 16 de octubre de 1591

Nació en la comuna de Somma Lombardo (actualmente en la provincia de Varese región de Lombardía, cuando hacía parte del Ducado de Milán) en la clase alta de la sociedad milanesa, pero fue conocido por su modesto estilo de vida y rigurosa devoción. Su padre era Francesco Sfondrati, un senador de la antigua comuna de Milán nombrado cardenal por el papa Pablo III y su madre era Anna Visconti, miembro de la Casa de Visconti y quien falleció durante el parto.

Tras estudiar en Perugia y Padua se ordenó sacerdote en 1551[1] y en 1560 fue nombrado obispo de Cremona por el cardenal Carlos Borromeo, participando en el Concilio de Trento entre 1561 y 1563 y siendo miembro de la comisión pro índice librorum en 1562.

Bandera Papa Gregorio XIV

El 12 de diciembre de 1583 fue nombrado por Gregorio XIII cardenal presbítero de Santa Cecilia. Durante este tiempo fue amigo cercano de Felipe Neri, quien predijo su elección como Sumo Pontífice. A la muerte de Urbano VII fue elegido su sucesor en un cónclave que se prolongó durante más de dos meses debido a la injerencia en el mismo del Conde-duque de Olivares que pretendía que el elegido fuera uno de los siete cardenales que el rey español Felipe II consideraba adecuados para ocupar el solio pontificio. El papa Gregorio XIV no contaba con experiencia política, razón por la cual cedió la administración diplomática a su sobrino, el cardenal Paolo Emilio Sfondrati.[2] Presidió dos consistorios en los cuales nombró a 5 nuevos cardenales. Su mandato no estuvo marcado por grandes acontecimientos o problemas. El único hecho relevante del mismo fue que, instigado por el rey de España y el duque de Mayenne, excomulgó a Enrique IV de Francia, que se había puesto de acuerdo con los reformistas,[3] declarándolo hereje para después privarlo de sus dominios. Tras ello, ofreció a Felipe II el trono de Francia como sucesor de Enrique III de Valois, lo cual obligó a la conversión al catolicismo del sucesor legítimo Enrique IV para acceder al trono francés.

Las profecías de San Malaquías se refieren a este papa como Ex antiquitate urbis (De la antigüedad de la ciudad),[4] cita que hace referencia a que nació cerca de Cremona, uno de las más antiguas ciudades del valle del Po.