Monte Carmelo, Israel

Monte Carmelo



Pictures: By Father Tomas del Valle-Reyes



Del Monte Carmelo seguimos ruta hacia San Juan de Acre, la antigua y próspera Akko, puerto mediterráneo. El libro de los Jueces nos habla que ya aquí existía un pueblo cananeo con el mismo nombre. En el siglo III antes de Cristo los griegos le cambiaron el nombre y la designaron como Tolemaida. Precisamente en este puerto va a desembarcar San Pablo cuando va camino de Cesárea y Jerusalén. Los cruzados la hicieron su capital después de la pérdida de Jerusalén en el siglo XII. Cantidad de edificios públicos recuerdan el paso de los caballeros cristianos. En 1292 fue destruida al fracasar la aventura de los cruzados cristianos de liberar los lugares santos para el cristianismo. Posteriormente, en el siglo XVIII Napoleón fracasará al intentar reconquistar la ciudad, la cual ha sido lugar de paso y asentamiento de asirios, persas, griegos, tolomeos, macabeos, partos y romanos. En la actualidad alberga una de las mezquitas más importantes del mundo islámico.

Restos encontrados

Entramos en la Galilea, la región de los gentiles, donde va a crecer y desarrollar su vida pública Jesús de Nazareth y de donde van a proceder la mayoría de sus discípulos. El nombre de Galilea es una adaptación de la palabra hebrea Galil, lo que está en el contorno. En la Biblia es recordada como “Galilea de los Gentiles” (Isaías 8, 23b) como Tierra de Galilea (1Reyes, 9,11) El historiador judío Flavio Josefo es el primero en distinguir entre Alta y Baja Galilea.

Galilea comprende la región norte de Israel. En su parte central está cruzada por las montañas de Neptalí, desde el Monte Hermón hasta el valle de Jezrael. La línea que va desde Safed hasta Acre la divide en Alta y Baja Galilea. El Valle de Esdrelón, el más extenso de Israel, está rodeado por las montañas del Carmelo al Oeste, los montes de Gelboé al sur, y se une por el valle del Jordán, con una extensión de 30 kilómetros de ancho por 40 de largo. Toda esta zona fue ocupada por las tribus de Dan, Isacar, Zabulón, Aser y Neptalí, como vemos en el libro de Josué 19, 10-15.

La primera ciudad que visitamos y que va a ser la capital de la zona lo es Tiberíades.

Ciudad apacible con fuentes termales y clima moderado junto al lago, en la parte occidental, se encuentra enclavada Tiberíades, la ciudad fundada por Herodes Antipas entre los años 17 al 20 en honor de Tiberio. En el siglo III va a ser nombrada Colonia Romana. Fue considerada en un primer momento ciudad impura por parte de los judíos de la época ya que fue construida sobre un cementerio. Tal impureza con el tiempo va a desaparecer. Desde una perspectiva judía Tiberíades se va a convertir en una de las cuatro ciudades sagradas junto con Jerusalén, Hebrón y Safed. A lo largo de los siglos II y III va a convertirse en un importante centro de estudios judíos, llegando a ser el lugar donde se compila la Misná, las leyes orales judías. Aquí se van añadir las vocales a la escritura hebrea- las masoras- y se va a acuñar la palabra “Nasi” (presidente) para la suprema autoridad religiosa. Guarda las tumbas de rabinos famosos como lo son Rabí Meir, el hacedor de milagros, rabí Akiva y, sobre todo, del rabí universal Maimónides. Fue sede de diversas comunidades cristianas. Los cruzados dejaron su huella en la actual Iglesia de San Pedro, construida en forma de barca a orillas de lago. Los turcos ocuparon la ciudad por varios cientos de años, dejando igualmente su impronta en ella. Bizantinos, Cruzados, Turcos, Escoceses, Franciscanos, todos ellos marcan un poco la historia de Tiberíades.

Pescando en Kfaranum

En las orillas del lago se encuentran igualmente las ruinas de Cafarnaún, la ciudad que Jesús va a tomar como centro de su predicación. El nombre de la misma es de origen semita: Kfar = Casa y Nahum, nombre propio, vendría significando la Casa de Nahum. Está situada en la orilla norte del Lago de Tiberíaes, y era atravesada por la VIA MARIS, el camino romano hacia Siria, por lo cual disponía de una guarnición militar y de un puesto de aduana. Desde el siglo II antes de la era actual había habitantes en la zona, los cuales se agrupaban en pequeños grupos familiares, disponiendo para su servicio y vida de diversas instalaciones comerciales y agrícolas, al igual que de una importante sinagoga. La agricultura y la pesca eran las actividades principales de sus habitantes, sin descuidar el comercio. Prueba de lo primero son los restos arqueológicos encontrados donde se muestran los frutos de la tierra plasmados en columnas de piedra y el hecho de que la que podríamos llamar empresa familiar de Pedro y de los Zebedeos en la pesca estuviera ubicada aquí. Mateo, recaudador de impuestos, residía igualmente en la ciudad. El paso aduanal hacia Siria lo ameritaba. Curaciones por parte de Jesús se van a llevar a cabo en la demarcación de la ciudad, uno de los más importantes va a ser la curación de la hija de Jairo. Va a destacar desde un primer momento la casa de Pedro y su familia, en torno a la cual desde el siglo IV se reúne la comunidad en la llamada Domus Ecclesia, construyéndose un lugar de culto en la misma. A partir del siglo XI la ciudad es abandonada y permanece en ruinas hasta mediados del siglo XIX en que los franciscanos compran el terreno y comienzan una laboriosa tarea de descubrimientos e investigaciones arqueológicas las cuales dan como resultado el desenterramiento de la magnífica sinagoga construida hacia el siglo IV sobre las ruinas de un edificio del siglo I. Los restos encontrados por doquier dan a entender que la población vivía, además de la pesca y la agricultura, del proceso de estos granos, como lo demuestra la abundancia de molinos y utensilios para el procesado de alimentos. Cafarnaúm ha quedado en la historia sacra como la ciudad de Pedro y de la vida pública de Jesús.

Ruinas en Kfaranum

No lejos de Cafarnaún se encuentran tres lugares ligados a la predicación evangélica y que hasta el día de hoy son venerados y visitados. Se trata del Monte de las Bienaventuranzas, Tabga y la Iglesia del Primado.

El primero de ellos, el Monte de las Bienaventuranzas, es el lugar desde donde Jesús proclama las Leyes del Reino, ocho invitaciones a ser felices si somos capaces de acoger y respetar construyendo la paz y la justicia. La peregrina Egeria, en su relato del siglo IV, nos habla ya de un lugar de culto en la zona. El templo actual se erigió en 1937. Tiene forma octogonal con claustro y balaustrada exterior, contemplándose desde el mismo una magnífica y serena visión del lago de Tiberiades.

Bajando del monte de las bienaventuranzas nos encontramos primero con Tabga, el lugar que nos recuerda la multiplicación de los panes y los peces por parte de Jesús, como aparece en los relatos evangélicos. En tiempos de Jesús Tabgha tenía probablemente el nombre de Magadan que significa “Aguas de Fortuna” Tabgha era sin duda el desierto al borde del lago donde Jesús tenía costumbre retirarse como refiere Mateo en su evangelio. La zona se conoce también HEPTAPEGON , palabra griega que significa LAS SIETE FUENTES. En el testimonio de la peregrina Egeria se nos cuenta que la roca sobre la cual Jesús colocó los panes se había convertido en el altar de una iglesia. De esta iglesia todavía hoy en día se pueden observar los restos. Hacia el año 450 se construye una iglesia bizantina más grande. Bajo el altar mayor se colocó la roca sagrada. El suelo de la Iglesia fue recubierto con una serie de mosaicos con diferentes temas, siendo de los más bellos de Tierra Santa.

En el año 614 los persas destruyeron el templo, el cual permaneció olvidado y en ruinas hasta 1932 en que investigadores alemanes comenzaron a excavar y levantaron el hermoso templo que contemplamos hoy en día. En 1982 el cardenal arzobispo de Colonia, Joseph HÖffner consagró la nueva iglesia y una comunidad de monjes benedictinos se hizo cargo de ella.

Cercano a Tabgha se encuentra el lugar llamado del Primado. Colindante con el lago se encuentra una pequeña capilla construida sobre la base de un santuario donde la tradición ha situado la escena en la cual Jesús confiere el primado de la Iglesia a Pedro. El templo encierra una roca llamada “Mensa Christi” que recuerda el relato de la aparición de Jesús resucitado, el cual aguarda en la orilla preparando desayuno para sus amigos. Desde el interior del templo se baja al lago siguiendo una escalera que tenía originalmente 12 peldaños, la mayoría de los cuales aún existen.

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